Cada lector, cada lectora SE CAVA EL SUYO y no valen muletas para este viaje.
Unos pasean por la orilla, otro lo recorren a saltos, otros a la carrera, otros a empujones...
Somos en gran medida, el producto de lo que hemos leido.
Y qué es lo que se debe leer?
Y quien lo indica?
Los clásicos: desempolvémoslos y "dinamicémoslos"...
En las conversaciones, llevándolos debajo del brazo o saquémoslos de repente del bolsillo como un mago el conejo de su sombrero de copa...
Que ningún niño o niña nos pueda llegar a echar en cara..
No fuiste capaz de hablarme de Twain, de Dickens, de Juan Ramón Jimenez...
O al menos haberme leido el prólogo del Quijote, tía, qué te costaba?
"Desocupado lector..."
Tan fácil y tan complejo...
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